Bizcocho de naranja

Un bizcocho de naranja que queda jugoso y esponjoso, es genial para disfrutar de él junto con un café o un té.

Bizcocho de naranja – Ingredientes

• Una naranja (piel y naranja)
• 230 gr. de azúcar
• 170 gr de harina
• Una cucharadita de café de canela
• 3 huevos
• 70 de aceite de girasol
• 1 sobre de gasificante (ó 1 sobre levadura química)

Almíbar

• Agua
• Una cucharada de azúcar

Cómo hacer bizcocho de naranja

En primer lugar vamos a mezclar los huevos (sólo la yema, las claras las reservamos) con el aceite de girasol.

Rallamos una naranja y reservamos la piel en un platito, sólo queremos lo naranja por lo que evitar el blanco que puede agriar el bizcocho, después exprimimos su zumo y lo añadimos a la mezcla anterior, batimos.

A esta mezcla añadimos el azúcar y continuamos removiendo, también es un buen momento para ir poniendo el horno a precalentar a una temperatura de 180º.

En un bol aparte montamos las claras a punto de nieve y reservamos. Añadimos la harina tamizada con la ralladura de naranja, la cucharadita de canela (puedes echar menos o quitarla sino te gusta) y el gasificante (o la levadura química) a la mezcla del azúcar, cuando esté bien incorporado añadimos las claras y las incorporamos con suavidad, con movimientos envolventes.


Una vez lo tengáis lo pasáis al recipiente o molde que hayáis escogido, en este caso yo he escogido el molde de silicona y al horno durante unos 35 minutos aproximadamente, pasado este tiempo pinchar con una punta fina para saber si está hecho.

Tenéis varias formas de preparar un almíbar, en mi caso lo hago tal cual me enseñó Luis que es el mejor resultado para bizcochos que he encontrado hasta el momento. Mezclas medio vaso de agua con dos cucharadas de azúcar más o menos (depende del aspecto que quieras que adquiera el bizcocho exteriormente, más azúcar quedan restos de azúcar por arriba) remueves bien y en cuanto saques el bizcocho del horno lo echas por encima, notarás como «ruge» al contacto de lo caliente con lo frío, baña bien todo el bizcocho y tápalo con un trapo limpio hasta que esté frío.

¡Listo para disfrutar!

Notas

Puede que ésta forma de preparar el almíbar sea lo menos convencional que hayáis visto e incluso un sacrilegio para muchos reposteros, pero os animo a que probéis y me contéis. Desde que lo probé ya no puedo preparar ningún bizcocho sin éste toque, es la gran diferencia de tener un bizcocho aceptable a jugoso e increíble.

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