El marisco es uno de esos placeres culinarios que rara vez defrauda. Desde las jugosas gambas hasta las sabrosas navajas, los frutos del mar tienen un encanto innegable. Aunque es comúnmente asociado con las regiones costeras, en pleno corazón de Madrid existe un rincón que ha capturado la esencia del Cantábrico y la ha traído a la bulliciosa ciudad. Este lugar es conocido por su extraordinaria oferta de mariscos y su ambiente auténtico, lo que lo ha convertido en una parada obligatoria para los amantes del buen comer. Estoy hablando de El Cantábrico, una marisquería con más de 75 años de historia, situada en el barrio de Salamanca.
He intentado reservar y hay largas colas: restaurante de Madrid con el mejor marisco
Decidido a comprobar por mí mismo la fama de este establecimiento, me lancé a la aventura de intentar reservar una mesa en El Cantábrico. Nada más hacer la primera llamada, me encontré con la primera sorpresa: el restaurante estaba completamente lleno. Las largas colas para reservar eran ya un indicio de la popularidad del lugar. Sin embargo, mi perseverancia fue recompensada y, finalmente, conseguí un hueco.
Llegar a El Cantábrico es como dar un salto en el tiempo. La decoración con azulejos en tonos azules, la barra de acero y las fotografías antiguas crean un ambiente nostálgico que te transporta al pasado. No es un lugar grande, y ese es parte de su encanto. En la barra, pude ver cómo los camareros se movían con una eficiencia casi coreografiada, sirviendo mariscos frescos y cañas bien tiradas.
La oferta de mariscos es variada y abundante: bígaros, gambas, nécoras, navajas, y boquerones en vinagre, entre otros. Cada ración, fresca y cocida, mantiene la esencia del mar. El precio, sorprendentemente asequible, ronda los 20 euros por un cuarto de kilo. La relación calidad-precio es inmejorable, y es evidente que aquí la frescura y la calidad del producto son una prioridad.
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Una experiencia memorable
Una vez que logré sentarme, la experiencia fue sencillamente inolvidable. Comencé con una ración de gambas, que llegaron a la mesa perfectamente cocidas y con un sabor que evocaba las costas del norte. Luego, probé las navajas, que se deshacían en la boca con una delicadeza única. Todo acompañado de una copa de vino blanco bien frío, seleccionado de su cuidada carta de vinos.
El ambiente en El Cantábrico es muy especial. A pesar de las largas colas y la dificultad para conseguir mesa, el servicio es rápido y atento. Es un lugar donde se mezclan locales y turistas, todos compartiendo la pasión por el buen marisco. Al mirar alrededor, es fácil ver a clientes habituales, algunos de los cuales llevan viniendo décadas, mezclados con nuevos visitantes que, como yo, están descubriendo los encantos del lugar por primera vez.
El Cantábrico no se queda solo en el marisco. Para aquellos que prefieren algo diferente, también ofrecen una selección de otros platos, como jamón, lomo y chorizo ibéricos, acompañados de queso curado y aceitunas. Y para terminar la visita, no hay nada como un plato de salazones, como mojama de atún y hueva de maruca, acompañadas de almendras fritas. Este juego de sabores e intensidades es el broche de oro perfecto para una comida que destaca en cada detalle.
Si eres un amante del marisco y te encuentras en Madrid, El Cantábrico es una parada obligatoria. Su historia, su ambiente y, sobre todo, la calidad de su marisco lo convierten en un lugar único. A pesar de las largas colas y la dificultad para conseguir mesa, la experiencia vale cada minuto de espera. Cada bocado es una celebración del mar, y cada visita es una oportunidad para disfrutar de una tradición que ha resistido el paso del tiempo. Sin duda, El Cantábrico es más que un restaurante; es una institución en el corazón de Madrid que merece ser visitada y saboreada con calma.
El Cantábrico está en la Calle Padilla 39 y para reservar puedes llamar al 914 02 40 87 o al 695 592 282.