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Entrantes y Primer plato
Quiche de calabacín y champiñones
Preparar una quiche de calabacín y champiñones es sencillo, rápido y rico. Con el mínimo esfuerzo puedes tener un plato riquísimo para varias personas en muy poco tiempo.
Quiche de calabacín y champiñones
Si tenéis unos 45 minutos aproximadamente, preparad vosotros mismos la masa quebrada en casa porque vais a notar la diferencia en vuestra quiche de calabacín y champiñones. En el caso de que no sea posible, como hoy me ha pasado a mí, con una lámina de hojaldre o quebrada que puedas comprar en el supermercado también sale bien.
Quiche de calabacín y champiñones – Ingredientes
- 1 lámina de hojaldre o quebrada (casera o comprada)
- 1 calabacín pequeño
- 6 champiñones
- 6 tomatitos cherry
- 1/2 cebolla
- 3 huevos
- 200 ml de nata líquida
- Queso emmental
- Aceite de oliva virgen
- Pimienta recién molida
- Sal
- Tomillo salsero
Cómo hacer Quiche de calabacín y champiñones
Pon a precalentar el horno a 180º.
Sobre la fuente que vayas hornear la quiche coloca la lámina de hojaldre o quebrada y cierra los bordes, doblándolos sobre sí mismos y presionando suavemente. Pincha toda la superficie con un tenedor y, cuando el horno esté caliente, lo introduces en el horno durante 7 minutos.
Mientras tanto vamos a darle un toque de sartén a la verdura pero a fuego suave, no es necesario que se haga por completo:
- Pon una sartén con un poquito de aceite al fuego.
- Añade la cebolla troceada en chiquitito con un poquito de sal, lo dejas haciéndose poco a poco.
- Limpia los champiñones y lo cortas en rodajas. Los añades en la sartén
- Corta en rodajas finas el calabacín y lo incluyes también. Deja que se haga a fuego bajo durante unos 5 minutos.
- Añade sal, un poco de pimienta recién molida y puedes añadirle tomillo salsero.
Bate los huevos con un poco de sal y pimienta. Añade también la nata, mezcla bien y listo.
Echa las verduras sobre la masa ya semi-horneada, coloca unas rodajas de queso emmental entre las verduras, pones unos tomates cortados a la mitad por encima y lo cubres todo con la mezcla de huevos y nata.
Lo metes al horno a 180º durante unos 20 minutos, hasta que esté cuajado y dorado. En función de cada horno el tiempo puede aumentar o disminuir.
Una vez que esté listo, puedes comerlo caliente (un poquito atemperado) o comerlo frío. A vuestro gusto. También tienes la opción de congelar las porciones que no vayas a comer, eso sí, asegúrate de que estén bien herméticas.
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