

Esta receta es uno de los bizcochos que más me han gustado últimamente, con un sabor intenso a chocolate y muy muy jugoso por lo que da un resultado fenomenal.
Hace unos días estuvimos de cumpleaños y quería preparar algo especial, un bizcocho de chocolate pero con un toque especial así que preparamos este bizcocho de chocolate con fresas que combinan los sabores de una forma espectacular.
No sobró ni un trocito así que os lo recomiendo a todos, sencillo de preparar (como siempre) y buenísimo.
Ingredientes
- 130 gr. de harina
- 3 huevos grandes
- 120 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 gr. Pepitas de chocolate
- 125 gr. chocolate postres
- 75 gr. de chocolate blanco
- 150 gramos de fresas
- 140 gr. de azúcar
- 1 sobre gasificante / levadura química
Preparación
En un recipiente alto ponemos la mantequilla a temperatura ambiente o pomada junto con los huevos y batimos durante unos 5 minutos hasta que veamos que aumenta la masa. Mientras ponemos los chocolates a derretir al baño maría o unos instantes en el microondas, removemos y añadimos a la mezcla anterior.
A continuación añadimos el azúcar junto con la harina tamizada y el gasificante, removemos con movimientos envolventes para evitar que aparezca algún grumo, buscando que queden todos los ingredientes bien incorporados.
Una vez que esté todo bien integrado añadimos las pepitas de chocolate y continuamos removiendo. Ponemos el horno a precalentar a una temperatura de 180 grados.
En mi caso, he lavado las fresas y las he cortado en cuatro, dependerá del tamaño de las fresas. Retiráis las varillas y removéis con una espátula para evitar estropear las fresas.
Untáis el molde con mantequilla para evitar que se pegue y volcáis toda la masa sobre éste. Lo ponéis al horno durante 35- 40 minutos a 180 grados, cuando pase este tiempo pincháis con un cuchillo afilado, si sale seco ya está hecho.
Cuando saquéis el bizcocho podéis preparar un almíbar con zumo de fresa y azúcar o bien, podéis coger menos de medio vaso de agua (aproximadamente, puede variar) y echarle dos o tres cucharadas colmadas de azúcar, removéis bien y lo echáis por encima en cuanto salga del horno. Lo tapáis y lo dejáis así hasta que se enfríe.
¡A disfrutar!