El motivo por el que el super vende las naranjas y mandarinas en mallas rojas

Seguramente has notado que cuando vas al supermercado a comprar naranjas o mandarinas, estas frutas suelen estar envueltas en unas mallas de color rojo. La mayoría de las personas no se preguntan a qué se debe este color, pero la respuesta es bastante interesante y te puede interesar. En este artículo te vamos a revelar el secreto que se esconde tras las mallas rojas y cómo puedes conservar mejor las naranjas y mandarinas en casa. Sigue leyendo y descubre todo lo que necesitas saber sobre estas deliciosas frutas.

¿Te has fijado que todas las naranjas y mandarinas vienen en una malla roja? Esto es puro marketing

La respuesta a esta pregunta tiene que ver con una estrategia de marketing basada en una ilusión óptica. Se trata de la ilusión óptica de Munker o Munker-White, que consiste en que el color de un objeto puede cambiar según el color del fondo o de los elementos que lo rodean. En el caso de las naranjas y mandarinas, el color rojo de las mallas hace que el tono naranja de la fruta se vea más intenso, brillante y apetecible.

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Esto hace que nuestro cerebro las asocie con frescura, calidad y sabor, y nos incite a comprarlas. Esta ilusión óptica se puede comprobar fácilmente con un experimento. Si colocamos una naranja sobre un fondo rojo y otra sobre un fondo verde, veremos que la primera parece más naranja y la segunda más amarilla, aunque sean exactamente del mismo color.

Los productores y comerciantes de frutas cítricas conocen este efecto y lo aprovechan para hacer más atractivas sus ofertas. Por eso, es muy común encontrar naranjas y mandarinas en mallas rojas en los supermercados, mientras que otras frutas como limones o manzanas se venden en mallas de otros colores o sin ellas.

Así se conservan mejor las mandarinas y naranjas

Una vez que hemos comprado nuestras naranjas y mandarinas, queremos que nos duren el mayor tiempo posible sin perder su sabor ni sus propiedades. Para ello, es importante seguir algunos consejos para conservarlas correctamente: Elige frutas frescas, maduras pero firmes, sin manchas ni cortes que puedan favorecer la descomposición. Limpia las frutas antes de guardarlas, para eliminar cualquier bacteria o suciedad que puedan tener en la superficie. Pero no hay que lavarlas con agua, ya que la humedad puede acelerar el deterioro. Basta con pasarles un paño seco y limpio.

Almacenarlas en un lugar fresco, seco y ventilado, lejos de fuentes de calor y luz directa. La temperatura ideal para conservar las frutas cítricas es entre 8 y 12 grados centígrados. Por eso, lo mejor es guardarlas en el frigorífico, en un recipiente hermético o en una bolsa de plástico bien cerrada, para mantener la humedad y evitar la entrada de aire. Mantén las frutas separadas, ya que unas pueden acelerar la maduración de otras.

Por ejemplo, no conviene guardar las naranjas junto a las manzanas o los plátanos, que producen etileno, un gas que estimula la maduración. Revisa regularmente las frutas y retira las que estén maduras o empiecen a descomponerse, para evitar que contaminen al resto.

Es importante saber esto antes de almacenar mandarinas y naranjas en casa

Siguiendo los consejos antes mencionados podrás conservar tus naranjas y mandarinas durante varias semanas sin problemas. Sin embargo, debes tener en cuenta que al guardarlas en el frigorífico pueden perder algo de sabor y aroma, ya que el frío reduce la actividad de los compuestos volátiles responsables del olor y el gusto de las frutas. Por eso, si quieres disfrutar al máximo de estas frutas, te recomendamos sacarlas del frigorífico unas horas antes de consumirlas, para que recuperen su temperatura y su sabor.

También debes saber que congelar las naranjas y mandarinas no es una buena opción, ya que la textura de la fruta cambia al ser congelada y descongelada. La pulpa se vuelve más blanda y acuosa, y la piel se endurece y se arruga. Por eso, es mejor consumir la fruta lo más fresca posible, o bien exprimirla y congelar el zumo, que se conserva mejor.