Este es el pueblo español con el mejor jamón ibérico del mundo

¿Dónde se elabora el mejor jamón ibérico del mundo? Pues, cosas de la vida, de la gastronomía y de que somos un país genial, resulta que el mejor jamón ibérico del mundo tiene su origen en un pequeño municipio de España. Hablamos de jamón del bueno de otro nivel. Ese que al meter una lasca en la boca, parece que se va a desencajar la mandíbula.

Obviamente, cuando hablamos del mejor jamón ibérico del mundo, nos vamos a precios no aptos para todos los bolsillos, con algunas piezas a 200 y 300 euros el kilo. Lo dicho, otro nivel.

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¿Qué quieres una alternativa más económica? Siempre la tienes. Sin ir más lejos, el jamón ibérico más barato está en Alcampo, pesa 7,5 kilos y es de bellota. Ni tan mal.

El mejor jamón ibérico del mundo

Pero aquí hemos venido a hablar de un jamón ibérico excelso. Y sí, como habrás deducido, el pueblo en el que se elabora es Guijuelo, un municipio de Salamanca, conocido en todo el planeta por el nivel de sus jamones ibéricos. De hecho, más allá de tener el mejor jamón ibérico del mundo, Guijuelo ya es un punto de destino de turismo gastronómico para cientos de miles de personas cada año. Beneficios de hacer las cosas bien.

¿Y por qué Guijuelo tiene jamones de tan alta calidad? Para empezar, por su ubicación. Guijuelo se sitúa en la zona sur de Salamanca, rodeado de montañas y con dehesas por todos lados. A esto se le suma un clima frío, con inviernos gélidos y veranos llevaderos que elevan la calidad del jamón ibérico a categoría de obra maestra. Sí, Guijuelo es el Picasso, el Tom Brady o el Cristiano Ronaldo de los jamones.

Por si fuera poco, el entorno natural le da a los cerdos ibéricos una alimentación ideal, a base de bellotas y pastos verdes, para que el jamón obtenga unas propiedades únicas.

¿Cómo se elabora el mejor jamón ibérico del mundo?

Una de las ventajas de visitar Guijuelo, es poder admirar el proceso de elaboración del mejor jamón del mundo. Ver el entorno en el que se crían los cerdos, cómo los cuidan y visitar las bodegas y secaderos donde cada pieza de jamón ibérico pasa entre 36 y 48 meses de curación. Hablamos de 3 a 4 años en los que la grasa se infiltra en la pata, dándole ese sabor característico y un punto de untuosidad que ya es famoso en todo el planeta.

Además, en Guijuelo se puede comprobar cómo la tradición en la elaboración de jamones se mantiene inalterable. Una forma de hacer las cosas que ha pasado de generación en generación y que sólo se modifica cuando se tiene la certeza de que mejorará el producto final. Y no es fácil mejorar la perfección.

Obviamente, una vez en Guijuelo, más allá de llevarse varias piezas de jamón ibérico, toca degustar el producto local, acompañado de algún vino de la tierra. Son habituales los eventos, ferias y festivales para que quienes visitan la localidad tengan a mano probar todo el género que el municipio les ofrece. Y es que, Nueva York mola mucho, pero Guijuelo es otro nivel. Ahora que aprieta el calor de verano, nada como una visita a Guijuelo: fresquito, buena comida y un entorno natural incomparable. Y no hace falta que hables inglés.