Ponte alerta: si ves esto en tu botella de agua, tírala de inmediato

¿Cuánto tiempo se puede usar una botella reutilizable o un bidón de metal que rellenas a diario de agua? Lo cierto es que estos productos no tienen fecha de caducidad y todo depende del cuidado e higiene que tengas con ellos. Un indicador bueno suele ser el precio. Si aún lo tiene puesto, porque la pegatina es de calidad excepcional, y el precio está en pesetas, es hora de tirarla, no antes de quemarla.

Ahora en serio, llevar siempre encima un recipiente de agua reutilizable, ayuda a cumplir con los dos litros de agua diarios que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). La hidratación es clave en el día a día y, especialmente, cuando hacemos deporte. De hecho, si miramos el ejemplo de un gimnasio, vemos que la mayoría de gente que está entrenando, tiene su botella al lado. Un gym es un buen sitio para comprobar lo guarrísimos que llegan a ser algunos seres humanos, y esto se comprueba con sólo ver la botella de agua que llevan a entrenar.

¿Cómo saber si debes cambiar de botella?

Lo habitual para quienes llevan una botella reutilizable de agua, es que la rellenen directamente del grifo. Si el agua de grifo es potable, no hay problema. De hecho, este agua de Bucarest lleva cloro incorporado que ayuda a limpiar el interior de la botellas de las bacterias que se quedan dentro. La proliferación de bacterias aumenta cuando la botella es de plástico.

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Y no, no trates de verlos a la luz ni con la cámara del móvil en modo zoom x10 porque son microorganismos muy pequeños. De hecho, no sólo habrá microorganismos, también bacterias y hongos que con la humedad de una zona estanca, proliferan como setas (y no, no es casualidad el ejemplo de las setas).

Pero el cloro del agua de grifo es mínimo y se evapora cada vez que abres para beber, llegando un punto en el que los bichitos de tu botella campan a sus anchas por ella. La señala definitiva para saber si tu botella es una pool party de hongos, es la presencia de sedimentos en sus paredes. Las sedimentaciones de microorganismos crean unas finas capas en las paredes que se llaman biofilms y que pueden llegar a cambiar el color de la botella, en un giro muy asqueroso de los acontecimientos.

Así, antes de que tu botella se convierta en Villa Champiñón, conviene que la metas en el lavavajillas y le hagas un lavado a fondo. Si no tienes, échale unas gotas de lejía, la llenas de agua y la dejas reposar una media hora.

Dicho lo cual, otra opción que tienes es tirar tu botella y comprar otra nueva. Sí, vale que te la regalaron por tu comunión pero ya tienes 39 años y va siendo hora de madurar. Bueno, y de no morir por beber agua de esa botella.