La temida enfermedad que relacionan directamente con el agua de grifo

Si hoy venimos a salvarte la vida, se dice y no pasa nada. Queremos tanto a nuestros lectores que, además de mostrarles recetas saludables, ejemplos de vida sana y las mejores ofertas en los supermercados, también miramos por su salud a corto, medio y largo plazo.

Y lo cierto es que el tema del que hablamos es muy serio. Vamos a hablar de cáncer. En concreto, del cáncer de vejiga y cómo un porcentaje muy relevante de los que se producen en España, podrían venir producidos por el agua de grifo que consumen los ciudadanos.

Cáncer de vejiga

En una investigación a nivel europeo, comandada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), determinaron que el 5% del cáncer de vejiga que se producen en la Unión Europea (en torno a 6.500), podrían tener su origen en el agua de grifo. En concreto, causados por la exposición a trihalometanos (THM), un compuesto químico altamente nocivo para la salud.

¿Y en qué medida afecta esto a los españoles? En mucha porque en España se registran unos 1.500 diagnósticos de cáncer de vejiga anuales, de los que un 11% podría estar relacionado con los THM. Hablamos de más de 150 personas al año.

Así, el estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, intentaba analizar en qué medida había THM en el agua del grifo de los países de la Unión Europea, a la vez que estudiaba la capacidad de asimilación del organismo de estos compuestos químicos. Y lo hacía no sólo a través de la ingesta, sino también por inhalación o absorción dérmica. Es decir, también cuando nos duchamos o lavamos los platos estamos expuestos al cáncer de vejiga.

Cuidado con los trihalometanos

El problema de los trihalometanos es que aparecen en el proceso de desinfección del agua de grifo. En concreto, al añadir cloro al agua y que este reaccione con los elementos orgánicos que trae el agua de serie. Esta combinación deriva en la aparición de cuatro compuestos, a cual más complicado de pronunciar: cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclorometano y el bromoformo.

La normativa europea establece que la concentración máxima de THM no debe superar los 100 microgramos por litro. Y así pasa en la UE, donde la media se sitúa en 11,7 microgramos por litro.

Pero hubo en nueve de los 26 países de la UE que ese límite sí era superado de forma puntual. Y sí, entre esos países estaba España. ¿Quieres saber el resto? Reino Unido, Portugal Chipre, Estonia, Polonia, Italia, Irlanda y Hungría.

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Por suerte, y para tu tranquilidad, el estudio determina que, a pesar de superar ese umbral, la presencia de THM no llega a ser de tal magnitud como para provocar un cáncer de vejiga. A pesar de ello, no estaría de más intentar reducir algo más esos niveles.

Por cierto, la principal causa del cáncer de vejiga es el tabaco.