Los motivos por los que melones y sandías están agotados en muchos supermercados

Vas a hacer la compra, llegas a la sección de frutería y, puñalada directa al corazón: melones y sandías están agotados. Te vas al supermercado de la competencia, que está justo cruzando la carretera, y tampoco le quedan. Aprovechas que es sábado y vas a ver a tus padres, para pasar por la tienda que hay junto a su casa, no queda ni uno. ¿Qué está pasando?

¿Será que el universo confabula contra ti? ¿Es posible que quienes se encargan de hacer llegar melones y sandías a tus zonas de influencia tengan problemas? ¿Quizás Google, la Inteligencia Artificial, la CIA, incluso la BMW estén tratando de boicotear tu verano? Bueno, ya te decimos que no eres tan importante, pero sí te confirmamos que estas dos frutas en concreto tienen un problema.

Por cierto, ¿sabes el motivo por el que siempre está la misma fruta en la entrada del súper? Nada es casual a la hora de hacer la compra.

Agua, precio, clima…

Lo complicado del asunto no es que melones y sandías están agotados en muchos supermercados de España, sino que los motivos que han llevado a esta carencia son, quizás, demasiados.

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Precio

Por un lado, el precio se ha convertido en un problema serio, como señalan desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA), en concreto desde Alicante. Desde ASAJA apuntan a que las sandías, por poner un ejemplo, alcanzan los 2 euros por kilo en algunos supermercados, elevando el precio de alguna unidad por encima de los 20 euros. El problema es que los agricultores «siguen percibiendo en origen precios muy bajos que no le permiten cubrir los gastos de producción». Hablamos que el agricultor percibe en torno a 20 céntimos por kilo de sandía y 30 céntimos por el de melón, que se vende a más de 1,50 euros el kilo en tienda.

¿Dónde se va ese margen entre agricultor y venta al cliente? A los intermediarios que, en algunos casos, son entre cuatro y cinco. Mucho dinero de origen a punto de venta el que se pierde.

Agua

Por otro lado, desde ASAJA también apuntan a las tremendas sequías que está habiendo este verano, unidas a las fuertes tormentas de algunos puntos del país, como elementos clave para destrozar sus cosechas. Esta inestabilidad hace que muchos agricultores no dispongan de agua para sus regadíos y estos se estén echando a perder.

Clima

Y para terminar, el clima también influye en esta carestía de melones y sandías generalizada. Los cambios bruscos del clima, que de un día a otro puede llegar a bajar 20º, hace que la floración de ambas frutas se vea alterada y, por tanto, afecte a la cosecha y su producción.

Y así es como el precio, el clima y el agua, entre otros factores, están haciendo que dos de las frutas más demandadas y relacionadas con el verano, no tengan el protagonismo habitual de otros veranos en el supermercado. Si melones y sandías están agotados, tocará optar por kiwis, caquis, mandarinas o paraguayas, por citar algunas frutas de temporada. Eso sí, no será lo mismo.