El tomate frito es uno de esos productos que no puede faltar en nuestra despensa. Lo usamos para acompañar platos de pasta, arroz, huevos, patatas y muchos más. Sin embargo, no todos los tomates fritos que encontramos en el mercado son igual de saludables ni de sabrosos. Algunos contienen demasiados ingredientes, azúcares, grasas o sal, lo que los hace poco recomendables para nuestro organismo.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio en el que ha analizado los botes de tomate frito de diferentes marcas y supermercados. El objetivo era evaluar su calidad, su valor nutricional y su sabor. El resultado ha sido una lista de los tomates fritos que la OCU no recomienda comprar, ya sea por su baja puntuación en el Nutriscore, por su alto contenido calórico o por su escaso sabor a tomate.
No compres este tomate frito: la lista no deseada publicada por la OCU
Todos sabemos que muchos de los platos que comemos casi a diario, mejoran de forma exponencial si le añadimos un poco de tomate frito pero no siempre tenemos el tiempo o las ganas de hacerlo, por lo que siempre podemos recurrir al tomate frito que encontramos en el supermercado.
Sin embargo, si lo que buscas es calidad, o escapar de aquellos tomates fritos que tengan demasiados conservantes o que se excedan en las dosis recomendadas de sal o de azúcar, será mejor entonces que saques un boli y apuntes estos porque para la OCU son los que hemos de evitar a toda costa.
- Freshona de Lidl: tiene una C en Nutriscore y muchos ingredientes poco naturales, como jarabe de glucosa y fructosa o almidón modificado de maíz.
- Salsa de tomate artesanal de Carrefour: no tiene nada de artesanal, ya que contiene un 15% de aceite de oliva, sal, azúcar, ajo y acidulante.
- Tomate frito receta artesana de Mercadona: tampoco es artesano, sino muy calórico, con 201 kcal por cada 100 gramos y un contenido medio en grasas, sal y azúcares.
- Tomate frito de Helios: tiene muchos ingredientes, como aceite de girasol, cebolla, azúcar, jarabe de glucosa y fructosa, sal, almidón modificado de maíz, acidulante y especias.
- Tomate frito de Orlando: tiene un 5% de aceite de girasol sofrito con cebolla y ajo, azúcar y sal, lo que lo hace poco saludable.
- Tomate frito como en sartén de Alipende (Ahorramás): tiene un contenido medio en grasas, sal y azúcar, y está elaborado con tomate, aceite vegetal de girasol, sal, azúcar, espesante y acidulante.
- Tomate frito casero de Juan Ranas: tiene 122 kcal por cada 100 gramos y un gran contenido en sal, y está elaborado con tomate, aceite de oliva virgen extra, cebolla, sal, ajo y sirope de agave.
- Tomate frito receta tradicional de Aliada (El Corte Inglés): tiene 195 kcal por cada 100 gramos y un contenido medio de azúcar, sal y grasas, y está elaborado con tomate, un 15% de aceite de oliva, sal, azúcar, ajo y acidulante.
La OCU recomienda optar por otras variedades de tomate frito o triturado que tengan menos ingredientes, menos calorías y más sabor a tomate. O también, y para cuando tengas tiempo, puedes hacer tu propio tomate frito casero con tomates frescos, aceite de oliva, sal y ajo. Así te aseguras de que sea natural y saludable.