No más precocinados: Nuggets de pollo rellenos de queso caseros

Nuggets de pollo rellenos de queso sublimes, sabrosos, crujientes y con un corazón fundido, fáciles de hacer, deliciosos… Solo de pensarlo me dan ganas de volverlos a hacer. Os cuento cómo los hemos preparado en casa ¡los vais a amar!

Nuggets con pollo caseros
Nuggets de pollo y queso caseros | Canva

Receta nuggets de pollo rellenos de queso

Qué difícil es a veces escribir sobre comida y comentaros las recetas porque hay días, como con estos nuggets de pollo rellenos de queso que salivo mientras os escribo y lucho irremediablemente con irme a la cocina a preparar los nuggets que guardé para meter en el congelador y tener para otro día. Es duro. No sabéis qué fuerza de voluntad hay que tener a veces. Bueno, lo sabréis en cuanto probéis estos pequeños y sabrosos bocados de pollo.

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¿Y qué dificultad tiene hacer unos nuggets de pollo rellenos de queso? Cero patatero, ninguna. Lo único que necesitas es un poco de tiempo que dedicarle a la cocina y hacer la elección más difícil, el queso. Lo demás es coser y cantar, ponerse a mezclar la carne picada de pollo, darles formas, rellenarlos, empanarlos, freír y comer.

Retomemos el tema del queso. Hay infinidad de quesos que podéis utilizar para esta receta, de verdad, infinitos. Solo tenéis que pensar en un queso que se funda y en vuestro sabor favorito. En mi caso he optado por un queso scamorza ahumado, es un queso italiano que me chifla y me tiene loca, pero podéis utilizar un emmental, mozzarella, provolone, roquefort o queso azul… Lo que prefiráis. Eso sí, tened en cuenta el nivel de sabrosura del queso para especiar la carne en consecuencia, no os vayan a quedar unos nuggets de pollo rellenos de queso tan sabrosones que no podáis comerlos.

¿Acompañamientos? La verdad que los que más os gusten. Os puedo decir que la última vez los acompañé de unas judías verdes que había preparado el día anterior (ya sabéis, esto de cocinar el domingo y dejar algunas cosas listas para ir más rápido durante la semana) y me supo todo a gloria. Una manera de incorporar verde, acompañar el pollo y que no sea todo siempre grasa. Pero vamos, esto es a vuestra elección y vuestra forma de comer.

Nuggets de pollo rellenos de queso – Ingredientes

  • 300 gr. de carne de pollo*
  • 50 gr. queso crema
  • 1 diente de ajo
  • 1 huevo
  • Orégano
  • Sal
  • Pimienta recién molida
  • Para rebozar: harina, pan rallado y huevo
  • Aceite vegetal o aceite de oliva

* si no me da tiempo ir a la pollería, compro unas pechugas de pollo de la mejor calidad y pongo la picadora al llegar a casa. Así me evito ingredientes extras que no quiero.

Cómo hacer nuggets de pollo rellenos de queso

En mi caso: limpio las pechugas, las troceo grande y a la picadora un par de minutos.

Pon la carne picada en un bol, salpimientas, añades el queso crema e incorporas la yema del huevo (reserva la clara).

Pela un diente de ajo, le quitas el germen de dentro y, o lo troceas muy chiquitito, o si tienes una prensadora de ajos ¡mejor! Para mí, una gran inversión. La añades a la carne picada y ya lo mezclas todo.

Bates la clara de huevo hasta que quede muy espumosa, entonces la incorporas a la carne y mezclas bien.

Prepara el queso. La preparación variará en función del que hayas escogido. En mi caso, como es queso scamorza lo he cortado en dados no muy grandes.

Pon un plato con harina, otro con un huevo batido y otro con pan rallado.

Con una cuchara coges una porción de carne picada, en el centro colocas uno o dos dados de queso y lo cierras. Dale forma de rectángulo (o la que tú quieras, que para eso son caseros) y a rebozar. Lo pasas por la harina, que quede una película finita, después por el huevo y que quede bien impregnado por todos lados, para terminar con el pan rallado.

Para freír hazlo en abundante aceite, puedes usar uno vegetal o el de aceite de oliva, es una cuestión de gustos. Fríelos a temperatura media alta, que se doren bien pero no enseguida puesto que tienen que hacerse por dentro y fundir el queso. Según los vayas viendo dorados, los vas girando. Retíralos a un plato cubierto con papel de cocina para que absorba la grasa sobrante.

Después, ya solo queda servir y disfrutar bien calentitos, que así es como veréis el queso fundido al partirlos.

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