Dicen los ancianos que a las personas se las conquista por el estómago. En tal caso, nada más romántico que un bizcocho casero, sabroso y esponjoso. ¿El problema? Que si no sale como esperas, puede que el amor de tu vida pase de largo. Para evitarlo, como defensores a ultranza del amor más puro, te vamos a dar varios trucos para que tu bizcocho sea tan esponjoso como abrazar a un unicornio con cuerpo de algodón y lágrimas de arcoiris.
Sé fiel a la receta
Las cantidades, orden e instrucciones de una receta no son casuales o aleatorias. Si vas a seguir una receta ajena que sabes que da buen resultado síguela al pie de la letra y no inventes.
Aireando los huevos
A la hora de batir los huevos, hay que darles mucho aire, hasta que la mezcla parezca un mousse. Para que tomes referencia, con un robot de cocina implica batirlos durante cinco minutos. Obviamente, si los huevos son de calidad, mucho mejor, pues el sabor será mucho más intenso.
Tamizar la harina
La harina debe ser muy fina, de calidad y debes tamizarla antes de usarla. Además, si la harina es suave, la cantidad de gluten será menor y el bizcocho tendrá mayor consistencia.
Sí, son solo algunos detalles que parecen nimios pero que pueden ser la clave entre un bizcocho random y un bizcocho celestial. Tú eliges.