¿Alguna vez te has preguntado cómo es el desayuno perfecto? Lo que parece claro es que comerse cuatro Donuts, un jabalí o un bocadillo de panceta no es lo más aconsejable.
¿Y si no puedes comerte un jabalí, cuáles son las opciones? Pues nada como consultar a la Universidad de Harvard para conocer cuál es el desayuno perfecto y los cuatro alimentos que lo componen.
Desde la prestigiosa Universidad, lo primero que hacen es descartar lo obvio: nada de bollos ni procesados, pero tampoco embutidos ni salchichas, pues contienen mucha grasa. Lo mismo pasa con los bagels, tostadas o muffins, pues el cuerpo los identifica como un postre, no como una comida principal.
La realidad es que para romper el ayuno de la noche, el cuerpo necesita calcio, vitamina C y carbohidratos pero no como estamos acostumbrados a tomarlos. Así las cosas, el desayuno perfecto implica un tazón de yogur con frutas, nueces y cereales.
Para empezar, la fruta siempre debe formar parte del desayuno, pues contiene fibra y azúcares naturales. A la fruta se le suman nueces (también pueden ser semillas, granos o granolas bajas en azúcar) y las proteínas del yogur (que debe ser natural o bajo en azúcares) que contienen los picos de insulina que derivan en la sensación de hambre que es casi inmediata tras comer procesados.
¿Y qué pasa si no tienes fruta a mano? Tan sencillo como comprar fruta congelada que puede aguantar mucho más tiempo y no pierde propiedades. Lo bueno de esta receta es que incluso se puede tomar de camino al trabajo, siempre que vayas en transporte público, claro. Si vas en coche, nada de comer mientras conduces.