Una de las grandes problemáticas que nos afectan hoy día es que hay muy poca educación acerca de qué alimentos son saludables o no. Lo que está considerado como insalubre o dañino se sigue vendiendo en los lineales de los supermercados, sin avisos, sin información, salvo alguna noticia esporádica que sale en algún medio de comunicación y que pronto se olvida.
Es posible que ya no os acordéis pero, en el año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe que generó mucho revuelo, al igual que ha pasado hace poco con su informe sobre los efectos de los edulcorantes en la salud. En el informe afirmó que la carne procesada -embutidos, salchichas, hamburguesas, entre otros- era “carcinógena para los humanos”. ¿Cómo te quedas?
A raíz de esa declaración, la carne procesada está a la altura del tabaco o el alcohol, como sustancias que perjudican la salud. Por supuesto, muchas personas se han olvidado de este informe y, a su vez, muchas empresas han destinado mucho dinero en campanas de marketing para borrar ese aviso de nuestras cabezas.
Una de las últimas acciones que han causado revuelo es la marca Argal, con su jamón de pavo Oliving. En el envase aparecen términos como “saludable”, aunque tiene truco, porque viene acompañado de un asterisco donde matizan qué es eso de ser saludable, o cómo de saludable es su producto procesado. ¿Y qué indican? Pues si te paras a leer la letra pequeñita, informan de que el jamón de pavo es más saludable que el serrano y que es saludable siempre que lleves una dieta sana y equilibrada.
Con respecto al aceite de oliva virgen extra, que es un gancho sensacional por cómo también lo tenemos muy incorporado como algo saludable, tiene menos de 1% pero ahí aparece, como «mira lo saludable que soy».
Por supuesto, no es la única marca que hace este tipo de marketing, solo es una más. Otros ejemplos facilones, que seguro que habéis visto muchas veces en productos como el jamón York o la pechuga de pavo, son la inclusión de la palabra “artesano” en el envase, “bienestar” o cuando señalan todas las sustancias o aditivos que no tienen: sin lactosa, sin gluten, sin aditivos, sin colorantes, sin fosfatos, etc. Todo esto está indicado para hacerte creer que sus productos procesados son saludables.
¿Es ilegal todo esto? No. Hay una especie de vacío en el que determinados aspectos, como indicar “saludable” pueden colarse. El reglamento 1169/2011 ni lo permite ni lo prohíbe, pero sí señala que no está permitido inducir a engaños.
Lo importante, es aprender a consumir productos que sean saludables para ti y saber manejarse bien con campañas de marketing tan estupendas como ésta.