¿Qué solemos comer cuando apenas tenemos tiempo? Pues seguramente que muchos de vosotros pensaréis en una de las muchas latas que se vende en el supermercado. Y entre esas latas, los mejillones, el atún y las sardinas suelen ser los más vendidos de todos. Sin embargo, más allá de su conveniencia, debemos preguntarnos si su consumo habitual es beneficioso para la salud y cuántas veces a la semana deberíamos incorporarlos en nuestras comidas. De hecho, los expertos llevan tiempo alertando sobre este tipo de alimentos, de modo que es importante tener en cuenta cuáles son los riesgos que pueden tener.
Cuidado si compras sardinas en lata en el super: Experto avisa
Una de las primeras cosas de las que se advierte y en concreto en lo que respecta a las sardinas, es el del contenido de sodio que tienen. Las sardinas en lata suelen contener altas cantidades de sodio debido al uso de sal como conservante. El exceso de sodio puede afectar la tensión arterial y provocar retención de líquidos y problemas cardiovasculares. Por lo tanto, es importante consumirlas con moderación.
Calorías, grasas y altos niveles de azúcares
Por otro lado a pesar de que las sardinas en lata tienen un contenido superior de Omega 3 en comparación con los productos frescos, esto se debe al aceite utilizado para garantizar su conservación. Sin embargo, este proceso también aumenta las calorías, el colesterol y la grasa en el producto. Además, debemos fijarnos bien en el aceite que llevan. Hace años, la OCU hizo un estudio en el que alertaba que de 25 marcas de sardinas en lata había varias que no llevaban realmente aceite de oliva
Además, debemos tener en cuenta también que las sardinas en lata no deben reemplazar las propiedades nutricionales proporcionadas por los alimentos frescos. Su consumo debe ser puntual y no habitual debido al alto contenido de sal y azúcares.
Contienen bisfenol-A
A todo lo mencionado y de lo que alertan los expertos, le debemos sumar el que las sardinas en lata contienen bisfenol-A, que es un compuesto orgánico utilizado en el recubrimiento plástico del interior de las latas para evitar la oxidación, pero que puede filtrarse en los alimentos y afectar la salud. Aunque no se conocen completamente sus consecuencias, se cree que puede alterar la función de hormonas como los estrógenos y la testosterona, afectando tanto al cerebro como al sistema reproductivo.
¿Qué debemos hacer?
Para evitar problemas de hipertensión, diabetes o retención de líquidos, se recomienda consumir entre dos y tres latas de sardinas en lata solo si no se tiene un alto nivel de colesterol. Además, es importante optar por alimentos bajos en sal y que no estén conservados en aceite.
No olvidemos de hecho, que a pesar de las precauciones, la comida enlatada también tiene beneficios. Permite el acceso a ingredientes como las sardinas en lata y otros, que de otra manera podrían ser inaccesibles debido al precio, la falta de tiempo para prepararlos o la disponibilidad limitada. Además, estos alimentos tienen una vida útil más larga que los frescos, lo que permite almacenarlos en la despensa y consumirlos según se desee, sin preocuparse por la fecha de caducidad.