El motivo real de por qué el agua del grifo huele a lejía: no te lo vas a creer

El agua del grifo es un recurso vital para nuestra salud y bienestar, pero ¿qué pasa si al abrir el grifo nos llega un olor desagradable a lejía? ¿Es seguro beberla? ¿A qué se debe este olor? ¿Cómo podemos solucionarlo?. Primero de todo no debes asustarte, vamos a responder a las cuestiones planteadas preguntas y también, te ofrecemos algunos consejos prácticos para mejorar la calidad del agua del grifo que consumes.

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Causas y remedios ante el olor a lejía en el agua del grifo

¿Por qué el agua del grifo huele a lejía?

El olor a lejía o cloro en el agua del grifo se debe a la adición de este desinfectante por parte de las plantas de tratamiento de agua. El cloro es un producto químico que elimina las bacterias y otros microorganismos que pueden causar enfermedades transmitidas por el agua, como la legionelosis o la criptosporidiosis.

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El cloro se ha utilizado como desinfectante del agua desde principios del siglo XX y ha contribuido a reducir la incidencia de enfermedades infecciosas. Sin embargo, también tiene algunos inconvenientes, como el olor y el sabor que puede dejar en el agua, así como la formación de subproductos potencialmente nocivos al reaccionar con la materia orgánica presente en el agua. Algo que se hace por las noches cuando la población descansa, por lo que es más normal que ese olor a lejía lo notes más a primera hora de la mañana.

Los índices de cloro permitidos en el agua

Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, el nivel de cloro recomendado en los sistemas públicos de agua debe ser inferior a 4 mg/L. Sin embargo, se puede percibir el olor a cloro a niveles tan bajos como 1 mg/L. Estos niveles son seguros para la salud humana, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

No obstante, el olor a lejía puede ser molesto y desagradable para algunas personas, especialmente para aquellas con sensibilidad química o alergias respiratorias. Además, el cloro puede afectar al equilibrio de la flora bacteriana intestinal y alterar la absorción de algunos nutrientes.

¿Cómo solucionar el problema del olor a lejía en el agua del grifo?

Si el agua del grifo huele a lejía, hay algunas medidas que podemos tomar para minimizar o eliminar este olor. Algunas de ellas son:

  • Dejar que el agua durante unos minutos antes de beberla o cogerla para usarla. Esto permite que el cloro se evapore y que el agua se oxigene.
  • Refrigerar el agua en una jarra o botella con tapa. El frío también ayuda a disipar el olor a cloro y mejora el sabor del agua.
  • Hervir el agua durante cinco minutos. El calor hace que el cloro se libere en forma de gas y se elimine del agua.
  • Usar un filtro de agua. Los filtros de agua pueden reducir o eliminar el cloro y otros contaminantes del agua, como metales pesados, pesticidas o subproductos de la cloración. Hay diferentes tipos de filtros de agua, como los que se conectan al grifo, los que se instalan debajo del fregadero o los que se incorporan en jarras o botellas. Es importante elegir un filtro adecuado al tipo de agua que tenemos y cambiarlo según las indicaciones del fabricante.
  • Instalar un sistema de ósmosis inversa. La ósmosis inversa es un proceso que consiste en hacer pasar el agua por una membrana semipermeable que retiene las impurezas y deja pasar solo las moléculas de agua. Este sistema elimina casi todos los contaminantes del agua, incluido el cloro, pero también algunos minerales beneficiosos. Por eso, es recomendable añadir un remineralizador al sistema o consumir alimentos ricos en minerales para compensar esta pérdida.
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