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El truco del vinagre que hacía mi abuela para que las patatas queden crujientes
Todos amamos las patatas fritas crujientes, pero no siempre es fácil conseguir esa textura perfecta en casa. Sin embargo, mi abuela tenía un secreto: una cucharada de vinagre. Este truco simple pero efectivo es la clave para obtener patatas fritas crujientes y deliciosas cada vez.
El truco del vinagre que hacía mi abuela para que las patatas queden crujientes
El proceso comienza con un bol lleno de agua y una cucharada de vinagre. Aquí es donde las patatas cortadas toman un baño antes de enfrentarse al aceite caliente. Este paso es crucial porque el vinagre actúa sobre las patatas de dos maneras importantes. Por un lado, ablanda las patatas debido al ácido del vinagre que las suaviza , permitiendo que el calor penetre más uniformemente durante la fritura. Además aunque las suaviza, el vinagre también ayuda a mantener una cierta firmeza en las patatas, lo que resulta en esa codiciada textura crujiente.
Sabiendo entonces este truco del vinagre para unas patatas bien crujientes ya podemos disponernos a hacerlas para lograr así el mejor resultado ¿vamos a por ello?.
Ingredientes:
- Patatas medianas, peladas y cortadas en bastones
- 1 cucharada de vinagre (de sidra de manzana o blanco)
- Agua
- Sal
- Aceite para freír
Preparación:
- Llena un bol grande con agua y añade una cucharada de vinagre.
- Sumerge las patatas cortadas en el bol y déjalas en remojo durante unos 10 minutos.
- Pasado el tiempo de remojo, escurre las patatas y sécalas bien con papel de cocina.
- Calienta el aceite en una sartén o freidora a una temperatura de 180°C.
- Fríe las patatas en tandas hasta que estén doradas y crujientes.
- Escurre el exceso de aceite y sazona con sal al gusto.
Consejos Adicionales
- Asegúrate de secar bien las patatas después del remojo para evitar salpicaduras de aceite.
- No sobrecargues la sartén; fríe las patatas en tandas pequeñas para mantener la temperatura del aceite.
- Para una versión más saludable, puedes hornear las patatas con un poco de aceite en lugar de freírlas o hacerlas también en la air fryer.
Siguiendo este sencillo truco de mi abuela, podrás disfrutar de patatas fritas crujientes y sabrosas que serán la envidia de todos tus invitados, pero junto al mencionado, conocemos otros trucos con los que lograrás unas patatas de lo más crujientes.
Otros trucos para unas patatas fritas crujientes
- Escoge la patata correcta: Las patatas con alto contenido de almidón, como las variedades Russet o Yukon Gold, son ideales para freír debido a su textura seca y harinosa.
- Corta las patatas uniformemente: Intenta cortar las patatas del mismo tamaño para que se cocinen de manera uniforme.
- Usa agua Fría: Después de cortar las patatas, enjuágalas en agua fría para eliminar el exceso de almidón, lo que ayuda a que se doren mejor.
- Seca las patatas completamente: Antes de freír, asegúrate de que las patatas estén completamente secas para evitar que el aceite salpique y para obtener una mejor textura crujiente.
- Temperatura del aceite: Mantén el aceite a una temperatura constante de 180°C. Si el aceite no está lo suficientemente caliente, las patatas absorberán más aceite y quedarán blandas.
- No sobrecargues la sartén: Fríe las patatas en tandas pequeñas para que el aceite no pierda temperatura y para que las patatas no se peguen entre sí.
- Doble fritura: Para una textura extra crujiente, puedes freír las patatas dos veces. Primero a una temperatura más baja para cocinarlas por dentro, y luego a una temperatura más alta para lograr el crujido exterior.
- Condimenta después de freír: Espera a que las patatas estén recién salidas del aceite para añadir la sal y otros condimentos, así se adherirán mejor y potenciarán el sabor.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de unas patatas fritas caseras que rivalizarán con las de cualquier restaurante. ¡Que aproveche!.
