En las mesas de nuestros abuelos, se servían platos que no solo eran un festín de sabores tradicionales, sino también un compendio de nutrición y salud. Uno de esos platos, que ha pasado de generación en generación, es la sangre de cerdo endurecida, un alimento que hoy día está siendo redescubierto por sus impresionantes beneficios nutricionales, especialmente su alto contenido de hierro.
Este plato lo comía mi abuelo y hoy se sabe que tiene más hierro que la carne
La sangre de cerdo, ese ingrediente que a muchos les puede parecer poco apetecible, es en realidad una fuente excepcional de nutrientes esenciales. Según la guía de alimentos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con solo 100 gramos de sangre de cerdo, tenemos 81 calorías, 18,50 gramos de proteínas y casi 0 hidratos de carbono. La cantidad de grasa también es baja y con solo 40 mg de colesterol.
Pero además cuenta con un buen número de minerales y vitaminas. En 100 gramos encontramos 207 mg de sodio, 6,30 mg de calcio y algo que sorprende ya que cuenta con 42 mg de hierro, de modo que supera a algunas carnes hasta en 25 veces y a las lentejas 8 veces.
Comparación con otras fuentes de hierro
Cuando pensamos en fuentes de hierro, a menudo nos vienen a la mente alimentos como la carne roja o las lentejas. Sin embargo, la sangre de cerdo aporta alrededor de 40 mg de hierro por cada 100 gramos, lo que la convierte en una de las fuentes más ricas en este mineral. En comparación, la carne de vaca tiene una cantidad media de 3 mg de hierro cada 100 gramos.
Beneficios para la salud
Con esos valores que hemos mencionado, la sangre de cerdo cuenta con muchos beneficios para la salud especialmente para poder obtener toda la proteína necesaria (y más si haces deporte) y también como no, para poder conseguir una buena dosis de hierro, esencial para la producción de glóbulos rojos y prevenir enfermedades como la anemia.
Contraindicaciones y precauciones
Aunque está llena de beneficios nutricionales, debemos señalar también que la sangre de cerdo no está recomendada para todo el mundo. En concreto, si tienes el colesterol alto, presión arterial alta o cirrosis hepática es mejor consumir con moderación o mucho mejor, evitarla.
La sangre de cerdo en la gastronomía
La sangre de cerdo puede que no sea tan popular como en el pasado o que no se conozca en gran parte del país, pero seguro que te suenan las morcillas y estas se hacen con sangre de cerdo. Además, también podemos mencionar la sangre frita y encebollada.
En concreto, la sangre encebollada es un plato tradicional que se encuentra en varias zonas de Andalucía, especialmente en Sevilla. Este plato se elabora con sangre de pollo cuajada, cebollas, ajo, vino blanco, aceite de oliva, y se condimenta con pimienta negra, laurel y sal. La sangre se corta en cubitos o láminas y se cocina a fuego lento con las cebollas y el ajo hasta que la salsa se espesa y adquiere una consistencia aceitosa.
Es un plato que refleja la riqueza de la cocina andaluza y sevillana, donde la combinación de ingredientes sencillos da lugar a sabores complejos y reconfortantes. La sangre encebollada puede servirse como tapa o como parte de un plato principal, y es una muestra del aprovechamiento integral del cerdo en la gastronomía española.
Pero la sangre de cerdo sobrepasa fronteras y también es bastante popular en otros países como Gran Bretaña donde se elabora un embutido como la morcilla que se conoce como Black Pudding o en Italia donde se elabora otro embutido con sangre de cerdo y otros ingredientes como la panceta y que se parece como biroldo.
La sangre de cerdo endurecida es un alimento que nuestros abuelos consumían regularmente y que hoy en día se reconoce por su alto contenido de hierro, superando incluso a la carne. Es un ejemplo de cómo los alimentos tradicionales pueden ser redescubiertos y valorados por sus cualidades nutricionales en la actualidad.