«Dígaselo con flores, caballero». Esta frase, de rancio abolengo y con olor a naftalina, tiene un nuevo significado en la actualidad. Y es que lo de regalar flores decorativas está bien, pero regalar flores para comer, es otro nivel.
Sí, comer flores es mainstream aunque, obviamente, no todas las flores son comestibles. Vamos, que no vayas a Carrefour, cojas una docena de crisantemos y te las zampes como si fuera un snack.
¿Qué flores podemos comer? Te damos algunos ejemplos antes de que te lances a la piscina.
- Lavanda – Es un relajante natural que, además, tiene propiedades antiinflamatorias.
- Flor de calabaza – Aporta calcio y vitaminas A, C, B1, B2, B3 y B9.
- Manzanilla – Tremendo efecto relajante
- Rosa – La rosa, aunque no lo creas, tiene propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
- Flor de la equinácea – Poco conocida pero todo un súper alimento antiviral que refuerza como pocos el sistema inmunitario.
- Amapolas – Muy recomendables para aromatizar aceites o vinos.
- Hibiscus – Esta flor de origen tropical y de aspecto hipnótico tiene un sabor dulce que enamora. Además, sus tonos permiten que sea un acompañante perfecto de pescados y ensaladas.
- Caléndula – Se puede comer en fresco, por lo que es muy recomendable para aromatizar sopas o postres.
¿Cuál vas a probar primero?