La naranja es una de las frutas más populares en España. En primer lugar, porque están buenísimas. También, porque es una fuente imbatible de vitamina C: cada 100 gramos de naranja contienen unos 50 miligramos de esta vitamina. Aunque la mayor parte está en la corteza o el flavedo (la capa interna de color blanco), la vitamina C que contiene el zumo de una naranja es suficiente para cubrir las necesidades diarias.
Por último, la naranja es muy consumida en España porque tenemos muchas. Nuestro país produce más de la mitad de las naranjas que se recogen en la Unión Europea. Aunque casi la mitad de la producción se dedica a la exportación, esta fruta que da nombre a un color (o al revés) inunda los estantes de supermercados y fruterías cada temporada, que comienza en octubre y se alarga hasta mayo. Además, ahora podemos comprar también las mejores naranjas por Internet, como las naranjas de Frutamare, una tienda online especializada en naranjas (premium, estándar o de zumo), donde puedes encontrar también otra fruta de temporada.
Ahora bien, ¿sabes cómo reconocer las mejores naranjas? Aquí van tres pistas.
De zumo o de mesa
Las cualidades de cada tipo de naranja las hace más adecuadas para mesa o para zumo. Solemos comerlas de postre, pero la naranja también se adapta a platos salados, para preparar vinagretas o salsas (el pollo a la naranja) o en algunas ensaladas (por ejemplo, el remojón andaluz: naranja, bacalao, huevo duro y aceitunas negras).
Ahora bien, hay naranjas que, por su tamaño o su extrema jugosidad, puedan ser difíciles de comer enteras, en este caso exprimidas pueden proporcionar el mejor zumo de naranja que vayas a probar. Estas naranjas suelen ser más pequeñas y pueden ser algo más difíciles de pelar.
Cada tipo de naranjas, según la temporada
Solemos quedarnos en que la naranja es una fruta cítrica que degustamos en invierno, pero en esto también hay matices. En realidad, podemos encontrar naranjas durante unos ocho meses, clasificadas en tres grandes grupos dependiendo del momento en que alcanzan su maduración óptima.
La primera en llegar es la naranja navel (ombligo, en inglés), que se distingue fácilmente por el ombligo en la parte inferior del fruto y su color naranja uniforme. Forman parte de este tipo las variedades navelina, washington navel, navelate, caracara…
Las naranjas sanguinas son de maduración más tardía, y suelen aparecer en febrero y marzo. Son más pequeñas, tienen la piel fina y algunas semillas, y son de color rojo muy intenso, casi granate, porque tienen un pigmento llamado antocianina, que es también un antioxidante.
Por último, están las llamadas naranjas blancas, que son las últimas en llegar al mercado. Son menos ácidas y de maduración ya primaveral. Dentro de este grupo están la Valencia late, la salustiana o la barberina, la más tardía de todas.
Los trucos de la abuela: obsérvala, pésala, huélela
Hay maneras de anticipar cómo estará una naranja, sin que sea necesario pelarla. Pero hay que saber. Las que más pesen serán las mejores, porque tendrán más zumo. Y si huelen, mucho mejor. La piel debe ser tersa, uniforme y brillante; si hay manchas o golpes, es que son demasiado maduras. Si aún tiene el tallo o algunas hojas, observa si están verdes y frescas. Presta atención al ombligo: si son de las que tienen (tipo navel), cuanto más ancho mejor. Y por último: la naranja, siempre de temporada, pues solo así te garantizarás que es fresca y no ha pasado por tratamientos o cámaras de conservación.