La receta de los Manolitos es completamente secreta, por lo que nosotros hemos hecho nuestra propia versión de estos mini croissant para que podáis disfrutar en casa de unos bollitos con un sabor impresionante.
Cómo preparar Manolitos
La receta de los Manolitos es absolutamente secreta pero, según ellos mismos cuentan, la actual receta de Manolitos surgió por un error en la cantidad de la mantequilla (de más), y es que hay errores maravillosos, pues así también surgió la tarta tatín ¡Por un error!
Eso sí, no tenemos ni idea del resto de los ingredientes que conforman este delicioso bollito, pero hemos querido hacer una versión basada en los croissant originales con un toque más intenso de mantequilla que os puedan recordar a los Manolitos, con distintos baños de chocolate y un delicioso aroma que os harán disfrutar como nunca.
Ingredientes
Para el fermento:
- 500 gr de harina de fuerza (w>300)
- 145 gr de leche fría (nosotros hemos usado entera)
- 145 gr de agua fría
- 60 gr de azúcar blanquilla
- 25 gr de levadura fresca
- 8 gr de sal
- 40 gr de mantequilla a temperatura ambiente
Para hojaldrar:
- 325 gr de mantequilla fría
Para pintar:
- 1 huevo
Para decorar:
- 100 gr. chocolate negro (mínimo 70%)
- 100 gr. chocolate blanco
Cómo preparar Manolitos paso a paso
Utiliza un bol bien amplio, pues en él vamos a preparar toda la masa y también podéis utilizar el mismo para cuando fermente y aumente el tamaño.
En este bol incorpora la leche y el agua fría, añade la levadura fresca desmigada con tus dedos y remueve hasta que se disuelva por completo, que todo esté homogéneo.
A continuación, será el momento de añadir la harina, el azúcar y la sal, mezcla.
Finalmente, incorpora la mantequilla a temperatura ambiente (estará más blandita) y utiliza unas varillas de amasar a baja velocidad removiendo durante 5 minutos. Si utilizáis uns varillas de amasar veréis que es sencillísimo, además que que queda una masa homogénea y fantástica; aún así, también podéis hacerla a mano.
Saca la masa del recipiente, amasa un poco con las manos y forma una bola. Enharina el recipiente donde colocar la masa, colocas la bola y lo tapas con papel film. Lo metes en la nevera durante unas 8 o 12 horas, verás que aumenta muchísimo su tamaño.
Vamos a hacer un rectángulo con la mantequilla fría, tiene que quedar dentro de la masa de fermento y ser cubierta por la misma, haciendo una doblez tal y como verás en la fotografía. Para conseguirlo, coloca la mantequilla fría entre dos hojas de papel vegetal, le das unos cuantos golpes con el rodillo para que puedas ir aplanándolo. Te va a llevar un pelín de tiempo y un poquito de fuerza para que quede aplanada, no tiene que estarlo por completo. Mételo en la nevera durante unos 10 minutos.
Pasado este tiempo, enharina una superficie y extiendes la masa con ayuda de un rodillo, siempre desde el centro -desde la mitad de la masa- hacia cada uno de los laterales.
Coloca la mantequilla en el centro de la masa y cúbrela por todos los lados, presionando ligeramente con el rodillo para que quede cerrada por completo.
Comenzamos a laminar:
Paso 1. Pon la línea vertical del cierre en horizontal
Paso 2. Comienza estirando la masa con el rodillo de forma horizontal, para ello siempre pasa el rodillo desde el centro de la masa hacia el lateral, cuando termines con ese, vuelves al centro de la masa y pasas el rodillo hacia el otro lateral.
Paso 3. Recoge la masa sobre el rodillo, echa un poquito de harina sobre la superficie para evitar que se pegue, desenrolla la masa por el otro lado y vuelves a extender.
Paso 4. Ahora pasa el rodillo desde la mitad hacia arriba, después desde la mitad hacia abajo. Verás que aumenta el tamaño, casi el doble, de la masa que tenías inicialmente (a la hora de extender, lo ideal es que vaya igualada)
Paso 5. Hacemos un pliegue sencillo. Imagínate la masa dividida en tres, llevas el lateral derecho que cubra un tercio (el del medio) y el tercio izquierdo que cubra los otros dos, de tal forma que parece que tienes un libro. Coloca la masa sobre un recipiente cubierto de papel vegetal y metes la masa durante 10 minutos en la nevera.
Tienes que repetir estos cinco pasos dos veces más, pues en total tienes que hacer 3 pliegues sencillos.
Una vez listo estos pasos y con la masa preparada, extiendes la masa tal y como os hemos indicado anteriormente, intentando que quede igualada por todos lados y que tenga una anchura de medio centímetro. Corta los bordes que no estén igualados.
Hemos recortado la masa en rectángulos con un ancho de 9 cm para poder tener unos mini croissants.
Después sólo tienes que hacer triángulos y, si te fijas en el grosor de la masa verás que se ven las diferentes capas (no hemos conseguido una foto mejor para mostrároslo).
Pon los triángulos en un recipiente forrado con papel vegetal y lo dejas en la nevera 10 minutos, así consigues que la masa se pueda estirar mejor.
Para formar los croissants estiras suavemente la masa con las manos, presionas la punta del triángulo ligeramente contra la mesa, haces un corte en el medio de la base del triángulo con un cuchillo.
Cada mitad tiene que ir hacia el lateral y envuelves la masa hacia la punta presionada anteriormente.
Verás cómo se forman tres capas superpuestas de masa. Nosotros hemos hecho unos croissants rectos para que se parezcan a los Manolitos.
Coloca todos los croissants en el mismo recipiente pero esta vez tienen que estar separados unos de otros, pues van a aumentar en tamaño. Los dejas durante 90 minutos -o el tiempo que consideres- a temperatura ambiente para que aumenten de tamaño (casi el doble).
Cuando su tamaño esté listo, bate un huevo y pincelas con delicadeza cada croissant.
Los introduces en el horno a 170 grados durante 15 minutos, verás que están dorados por todas las partes. Después deja enfriar por completo.
Derrite el chocolate negro y el chocolate blanco al baño maría o en el microondas en tiempos cortos.
Coloca los croissants que vayas a bañar sobre una rejilla, nosotros hemos puesto una fuente por debajo para que el chocolate restante del baño caiga sobre la misma y sea fácil de limpiar. Baña con el chocolate negro la mitad del cuerpo de los croissants (puedes utilizar una cuchara y echar el chocolate fundido por encima); los otros píntalos a rayas combinando los dos chocolates. Para este último paso puedes ayudarte de una cucharilla e ir haciendo hilos finos de chocolate.
Puedes dejarlos enfriar a temperatura ambiente o meterlos en la nevera para que el chocolate se seque cuanto antes.
Nada más ¡A disfrutar!
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