El guisante de lágrima, también conocido como el oro verde, está considerado como el auténtico caviar vegetal, tanto por su elevado precio como por la calidad de este ingrediente.
Diferencias entre el guisante y el caviar vegetal
A pesar de que hablemos de guisantes, nada tienen que ver con los convencionales salvo el color verde que comparten. Se trata de una legumbre altamente demandada en la restauración de lujo y, a su vez, también es posible comprarla para cocinarlo en casa.
A simple vista podemos ver que el guisante de lágrima es más pequeño que el guisante convencional, es de unos cinco milímetros. En lugar de ser redondeado, tiene una forma más achatada y de lágrima, de ahí el nombre.
En cuanto a su textura, es mucho más delicado que el guisante convencional y su sabor en boca tiene notas dulces, con matices salados, y si lo pasas un instante por el calor, se nota que es más mantecoso.
¿Dónde se cultiva el guisante de lágrima?
El guisante de lágrima suele cultivarse en las zonas próximas al mar Cantábrico, siendo un producto habitual de municipios como Getaria y Hondarribia (Guipúzcoa). En estos lugares hay unas condiciones de microclima que les permite crecer por su alta humedad y adquirir un toque de salinidad fantástico.
Algunos de los cultivos proceden de semillas que se transmiten de generación en generación. Además, es un trabajo arduo y artesano, donde se pela a mano la vaina para extraer estos guisantes. De ahí que también adquieran un alto coste.
¿Cuánto vale un kilo de guisante de lágrima?
Cada año puede variar el precio del kilo de guisante de lágrima pero, para que te hagas una idea, ya en 2017 su valor era de 350 euros el kilo. Hoy día, puedes encontrarlos online a 24 euros los 50 gramos, por lo que su coste es de 480 euros el kilo.
Lo dicho, se trata del caviar vegetal que solo es apto para los grandes bolsillos.