La leche es uno de los alimentos más consumidos y recomendados por sus beneficios para la salud. Sin embargo, no todas las leches son iguales ni tienen las mismas propiedades. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llevado a cabo un análisis sobre los distintos tipos de leches que puedes encontrar en el supermercado, y te revela cuál es la más sana con una sorpresa, ya que en primer lugar no se encuentra la leche de vaca.
¿Qué tipos de leche hay?
Existen muchos tipos de leche según el origen animal del que proceden. La más popular y consumida es la leche de vaca, pero también hay otras opciones como la leche de cabra, la leche de oveja, la leche de yegua o la leche de camella. Cada una de estas leches tiene un sabor, una textura y una composición nutricional diferente.
La normativa obliga a los fabricantes a indicar la procedencia de la especie cuando la leche no es de vaca, ya que muchas personas pueden tener alergias o intolerancias a ciertos tipos de leche. Además, el precio y la disponibilidad de las leches también varían según el tipo. Por ejemplo, la leche de vaca suele ser más barata y fácil de encontrar que la leche de cabra o la de oveja.
¿Qué leche es más sana?
Para determinar cuál es la leche más sana, la OCU ha comparado el porcentaje de proteínas, grasa, lactosa y calcio en cada tipo de leche. Estos son algunos de los nutrientes más importantes que aporta la leche y que influyen en su calidad y en sus efectos sobre la salud.
Según los resultados del estudio, la leche más sana sería la leche de cabra, ya que tiene un buen equilibrio entre estos nutrientes. La leche de cabra tiene más proteínas y calcio que la leche de vaca, lo que ayuda a fortalecer los músculos y los huesos. También tiene menos grasa y menos lactosa que la leche de vaca, lo que facilita su digestión y previene problemas como el colesterol o la intolerancia a la lactosa.
Algo que ocurre también en el caso de la leche de oveja, ya que esta al igual que la de cabra destaca por su alto contenido en proteínas, grasa y calcio, (en concreto, 5,6% de proteínas, un 7,5% de grasa y 180 miligramos de calcio), pero tiene mucha lactosa (4,2%), lo que puede causar molestias a algunas personas.
Así, en su su análisis la OCU señala que es la leche de vaca es la más equilibrada en cuanto a lactosa, pero tiene menos proteínas y calcio que la de oveja y la de cabra de la que acaba diciendo que es la mejor de todas. En cuanto a la leche de yegua y la leche de camella son las más bajas en grasa y en lactosa, pero también las más pobres en proteínas y calcio.
¿Qué leche elegir?
La elección de la leche más adecuada para cada persona depende de varios factores, como las preferencias personales, las necesidades nutricionales, el presupuesto o la disponibilidad. Lo ideal es probar diferentes tipos de leches y ver cuál se adapta mejor a nuestro gusto y a nuestro organismo.
La OCU recomienda consumir leche con moderación y dentro de una dieta variada y equilibrada. La leche es una fuente importante de nutrientes, pero no es imprescindible ni sustituye a otros alimentos. Además, hay que tener en cuenta que existen otras alternativas vegetales a la leche animal, como la soja, el arroz, la avena o las almendras, que también pueden ser saludables si se eligen bien.