El arroz es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, pero también puede ser una fuente de exposición al arsénico, un metal pesado que puede causar graves problemas de salud. Según un estudio realizado en Cataluña por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el arroz que se vende en los supermercados españoles tiene una concentración de arsénico que supera los límites establecidos por la Unión Europea. ¿Qué riesgos implica este hecho y cómo podemos evitarlos?
¿Qué es el arsénico y cómo llega al arroz?
El arsénico es un elemento químico que se encuentra de forma natural en la corteza terrestre, el agua y el aire. Existen dos formas de arsénico: el orgánico y el inorgánico. El primero se encuentra en algunos alimentos de origen animal y vegetal, y es menos tóxico que el segundo, que se forma por la acción de microorganismos o por procesos industriales.
El arsénico inorgánico puede contaminar el agua subterránea, especialmente en zonas donde hay actividad minera o geotérmica. El arroz es un cultivo que necesita mucha agua para crecer, por lo que absorbe el arsénico presente en el suelo y el agua de riego. Además, el arroz tiene una mayor afinidad por el arsénico que otros cereales, lo que hace que acumule más cantidad de este metal.
¿Qué efectos tiene el arsénico sobre la salud?
La exposición al arsénico inorgánico puede provocar diversos efectos adversos sobre la salud, tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, puede causar náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, debilidad, entumecimiento y hormigueo en las extremidades. A largo plazo, puede aumentar el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer, especialmente de piel, pulmón y vejiga, así como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, anemia, alteraciones neurológicas y reproductivas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el arsénico es una de las diez sustancias químicas que más preocupan por su impacto sobre la salud pública. La OMS recomienda que el nivel máximo de arsénico en el agua potable sea de 10 microgramos por litro, y que el consumo diario de arsénico inorgánico no supere los 0,06 microgramos por kilo de peso corporal.
¿Qué arroz tiene más arsénico y cómo podemos reducirlo?
Según el estudio realizado en Cataluña, el arroz que se vende en los supermercados españoles tiene una concentración media de arsénico de 0,108 miligramos por kilo de producto, lo que supera el límite de 0,1 miligramos por kilo que establece la Unión Europea para el arroz destinado al consumo humano. El estudio analizó 52 muestras de arroz de diferentes tipos y orígenes, y encontró que los que tenían más arsénico eran el arroz integral redondo (190 microgramos por kilo), los arroces integrales largos asiáticos y autóctonos (127 y 119 microgramos por kilo, respectivamente) y el arroz basmati (113 microgramos por kilo). Los que tenían menos arsénico eran el arroz blanco redondo (82 microgramos por kilo) y el arroz blanco largo (77 microgramos por kilo).
Para reducir la exposición al arsénico a través del arroz, los expertos recomiendan varias medidas:
- Elegir arroces con menos arsénico, como el blanco redondo o el blanco largo, y evitar los integrales y los basmati.
- Lavar el arroz antes de cocinarlo, para eliminar parte del arsénico que se encuentra en la superficie del grano.
- Cocinar el arroz con abundante agua, y escurrir el exceso de agua al final de la cocción, para reducir la concentración de arsénico en el producto final.
- Consumir el arroz con moderación, y variar la dieta con otros cereales que tienen menos arsénico, como el trigo, el maíz, la avena o la quinoa.
- Controlar el origen del arroz, y preferir el que proviene de zonas con menos contaminación de arsénico, como Europa o América del Norte, frente al que proviene de zonas con más contaminación, como Asia o América del Sur.
El arroz es un alimento nutritivo y versátil, pero también puede contener arsénico y este puede dañar nuestra salud. Por eso, es importante que tomemos medidas para reducir la exposición al arsénico a través del arroz, como elegir los tipos con menos arsénico, lavarlos y cocinarlos adecuadamente, y consumirlos con moderación y variedad. Así podremos disfrutar del arroz sin poner en riesgo nuestra salud.