Cómo preparar la salsa gravy para Acción de Gracias

La salsa gravy es tradicional de Reino Unido y, aunque es muy común para hacerla con todo tipo de preparaciones, también es muy utilizada el día de Acción de Gracias pues para prepararla se utiliza el resto de verduras que se preparan con el pavo. Os contamos cómo prepararla paso a paso y así tener lista otra deliciosa salsa para este día de grandes comidas y celebraciones.

Receta de salsa gravy para Acción de Gracias

Si quieres preparar una gran comida de Acción de Gracias en tu casa hay cuatro ingredientes clásicos y que no pueden faltar en tu hogar: un pavo, salsa de arándanos, puré de patata y salsa gravy. Con esto ya tendrás lo básico preparado y dejarás a tus comensales completamente satisfechos.

¿Y qué es la salsa gravy? Ciertamente, la salsa de arándanos es más conocida a nivel popular que la salsa gravy, también es mucho más sencilla de hacer o requiere de menos ingredientes para tenerla lista. Esta salsa es espesa y salada, a diferencia de la salsa de arándanos, y se puede utilizar tanto para acompañar carnes como para darle vidilla al puré de patatas que hayas preparado.

Para la preparación de la salsa gravy puedes usar caldo de carne, de pollo o de verduras, esto va a tu gusto. Como siempre, lo ideal es que prepares el caldo en casa o que aproveches otros caldos de preparaciones anteriores, lo que le va a aportar mucho más cuerpo, gama de sabores ya romas. Otra opción es añadir agua a los jugos que suelte el pavo y ya puedes conseguir un poco más de sabor y no tirar nada.

Salsa gravy para Acción de Gracias – Ingredientes

• 1,5  cucharada sopera de mantequilla
• 1,5 cucharada sopera de harina
• 250 – 300 ml de caldo (verduras, pavo, pollo)
• 1/2 cucharadita de maicena (opcional)
• Sal
• Pimienta recién molida
• Jugo que haya soltado el pavo al asarse

Cómo hacer salsa gravy para Acción de Gracias

Pon un cazo o cacerola al fuego y añades la mantequilla. Cuando se funda incorporas la harina y comienzas a remover para evitar que se pegue. Cocina durante unos 5 minutos, verás que va cogiendo un color dorado suave y que el olor va cambiando. Así conseguimos que la harina deje de saber a harina y quede cocinada.

Incorpora el caldo que tengas o el que hayas escogido y continúa removiendo. No es necesario que esté caliente.

Añade un poco de sal y pimienta recién molida.

Continúa removiendo. Una vez que haya comenzado a hervir lo dejas un par de minutos y pruebas para comprobar la sal.

Fíjate en la densidad de la salsa. Si te gusta líquido, ahí lo tienes. Si lo prefieres un poco más denso será el momento de añadir un poquito de maicena diluida previamente en un poquito de agua o de caldo. ¡Ojo! muy importante que vaya previamente y completamente diluida antes de incorporarla para que no quede la salsa con grumos.

Lo dejas cocinar durante unos minutos y cuando tenga la consistencia que te guste ya solo queda servirlo en la salsera.

Te puede interesar:

Cómo preparar una buena cena de Acción de Gracias