El san jacobo de atún y pimiento es un plato súper sabroso y facilísimo de preparar, sin complicaciones de ningún tipo y apto para los más noveles en los fogones.
Receta de San jacobo de atún y pimiento
Os tengo que confesar que yo era una fan absoluta de los san jacobos de toda la vida, vamos, que de jamón y queso y punto, pero después de haber hecho en casa el san jacobo de atún y pimiento… Ya no sé cuál me gusta más. Incluso, me atrevería a decir que ésta receta ha sido toda una sorpresa.
San jacobo de atún y pimiento – Ingredientes
Un resumen: he utilizado una loncha de jamón cocido por san jacobo, una loncha de queso, un pimiento de piquillo y un poco de atún desmenuzado.
- Lonchas de jamón cocido (mejor que sean un poco gruesas)
- Lonchas de queso fundente (tipo sándwich, emmental, etc.)
- Pimiento morrón o de piquillo
- Atún en aceite de oliva
- Aceite vegetal de girasol
- Huevo
- Pan rallado
- Harina
Cómo hacer san jacobo de atún y pimiento
1º punto: Piensa qué tamaño de san jacobos quieres. Yo los he hecho tamaño normal, así que he utilizado una loncha por cada uno, pero puedes hacerlo tamaño maxi y utiliza dos lonchas extendidas.
Pon tantos pimientos de piquillo o pimiento morrón a escurrir como tantos san jacobos quieras hacer. Después, los pones sobre un papel de cocina y los secas uno a uno, para que no haya nada de humedad que pueda transferirse al san jacobo.
Pon también el atún en aceite de oliva a escurrir, no debe de llevar nada de grasa al incorporarlo.
Extiende una loncha de jamón cocido, si es fina ponle dos, y pones sobre ella una loncha de queso. Pon el pimiento de piquillo extendido y sobre el mismo un poco de atún desmenuzado.
Coloca tres platos en la encimera, uno con harina, otro con huevo batido y otro con pan rallado. Cierra cada paquetito de san jacobo y lo pasas primero por la harina, que quede blanco pero con una película muy fina. Después lo pasas por el huevo batido, asegúrate que queda bien cubierto por todas las partes, y finalmente lo pasas por el pan rallado, apretando suavemente para que quede bien impregnado del mismo por todos los lados.
Si no los necesitas ya mismo, los cubres con papel film y los metes en la nevera unas horas para que coja más consistencia el empanado.
Pasado el tiempo, pones una sartén al fuego con abundante aceite y cuando esté bien caliente -no quemado- añades los san jacobos. Tienes que dejarlos unos minutos por cada lado, que adquieran el nivel de dorado que más te guste, y con cuidado les das la vuelta para que se doren también. Verás que en pocos minutos los tienes listos.
Mientras los fríes todos, puedes ir colocándolos sobre un papel de cocina para que absorba la grasa sobrante.
Puedes acompañarlos con lo que más te guste, desde unas patatas fritas, a una ensalada completa o lo que tengas en la nevera. Nosotros hemos puesto una ensaladita de tomate con aguacate, combina de maravilla.
¿Por qué el San Jacobo se llama San Jacobo?
Siempre he tenido curiosidad de saber por qué se le llama san jacobo, que es un nombre con historia. He leído sobre leyendas que hablan que era un plato típico que se preparaba a los peregrinos que iban a Santiago de Compostela (Santiago, es Jacobo) pero luego no hay correspondencia histórica con el mismo, otros que decían que relacionaban a San Jacobo con este plato porque no lo podían comer otros que no fueran cristianos (restricciones religiosas de dieta) y San Jacobo se llevó muchas vidas de musulmanes y judíos… En definitiva, seguirán creciendo leyendas y estaré pendiente de las mismas.
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