Las croquetas son uno de los platos más populares y deliciosos de la gastronomía española. Se pueden rellenar de lo que más nos guste, desde carne o pescado hasta queso o jamón. Sin embargo, hacer unas croquetas perfectas no es tan fácil como parece. Uno de los problemas más comunes es que se nos rompan al freírlas, lo que puede arruinar nuestra presentación y nuestro sabor.
¿Qué podemos hacer para evitar que esto nos pase? ¿Hay algún secreto para conseguir unas croquetas crujientes por fuera y cremosas por dentro? Por suerte, tenemos a un maestro de la cocina que nos puede ayudar: Karlos Arguiñano. El famoso chef vasco, que lleva años deleitándonos con sus recetas y sus chistes en la televisión, nos revela su truco infalible para que las croquetas se mantengan enteras al freírlas.
El truco de Arguiñano para unas croquetas perfectas
Según Arguiñano, el secreto para que las croquetas no se rompan al freírlas está en la bechamel. La bechamel es la salsa que se usa para ligar el relleno de las croquetas y darles consistencia. Si la bechamel está bien hecha, las croquetas quedarán firmes y no se abrirán al contacto con el aceite caliente.
Pero, ¿cómo hacer una buena bechamel? Arguiñano nos da las claves para lograrlo:
Usar ingredientes de calidad: Para hacer la bechamel, necesitamos mantequilla o aceite, harina, leche, sal, pimienta y nuez moscada. Es importante que estos ingredientes sean de buena calidad y estén a temperatura ambiente.
Medir bien las cantidades: La proporción adecuada de los ingredientes es fundamental para que la bechamel tenga la textura deseada. Arguiñano recomienda usar 50 gramos de mantequilla o aceite, 50 gramos de harina y medio litro de leche para hacer medio kilo de bechamel. Si queremos hacer más o menos cantidad, solo tenemos que ajustar las proporciones.
Cocinar a fuego medio: Para hacer la bechamel, hay que derretir la mantequilla o calentar el aceite en una cazuela a fuego medio. Luego, hay que añadir la harina y remover bien con una varilla o una cuchara de madera, sin dejar que se queme. Después, hay que ir incorporando la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta que la salsa quede homogénea y sin grumos. Por último, hay que salpimentar y añadir una pizca de nuez moscada, al gusto.
Añadir el relleno: Una vez que tenemos la bechamel lista, podemos añadir el relleno que hayamos elegido para nuestras croquetas. Puede ser pollo, jamón, queso, bacalao, espinacas, setas, etc. Lo importante es que el relleno esté bien picado y escurrido, para que no suelte agua y no reblandezca la bechamel. Hay que mezclar bien el relleno con la bechamel y dejar que se enfríe completamente antes de formar las croquetas.
Dar forma y rebozar las croquetas: Con la ayuda de dos cucharas o de las manos, hay que dar forma redonda u ovalada a las croquetas, del tamaño que más nos guste. Luego, hay que pasarlas por harina, huevo batido y pan rallado, para que queden bien rebozadas y crujientes. Es conveniente dejar reposar las croquetas en la nevera durante al menos una hora, para que se endurezcan y no se deshagan al freírlas.
Cómo freír las croquetas sin que se rompan
Ya tenemos nuestras croquetas listas para freír, pero aún nos queda un paso crucial: evitar que se nos rompan al freírlas. Para ello, Arguiñano nos da estos consejos:
- Elegir un buen aceite: Lo ideal es usar aceite de oliva virgen extra, que le dará un sabor delicioso a nuestras croquetas y aguantará mejor las altas temperaturas. Hay que poner bastante aceite en una sartén profunda, para que las croquetas queden bien cubiertas y se frían por igual.
- Controlar la temperatura del aceite: El aceite tiene que estar caliente, pero no humeante. La temperatura óptima para freír las croquetas es entre 170 y 180 grados centígrados. Si el aceite está demasiado frío, las croquetas se empaparán de grasa y quedarán blandas. Si el aceite está demasiado caliente, las croquetas se quemarán por fuera y quedarán crudas por dentro.
- Freír las croquetas poco a poco: No hay que poner muchas croquetas a la vez en la sartén, porque bajarán la temperatura del aceite y se pegarán entre sí. Lo mejor es freír unas cuatro o cinco croquetas cada vez, dependiendo del tamaño de la sartén. Hay que introducirlas suavemente en el aceite, con una cuchara o una espumadera, para evitar salpicaduras y quemaduras. Hay que darles la vuelta con cuidado, para que se doren por ambos lados.
- Escurrir el exceso de aceite: Cuando las croquetas estén doradas y crujientes, hay que sacarlas de la sartén y ponerlas sobre un plato con papel absorbente, para que suelten el aceite sobrante. Así, evitaremos que queden aceitosas y pesadas.
Ya solo nos queda disfrutar de nuestras croquetas caseras, siguiendo el truco de Karlos Arguiñano para que no se rompan al freírlas. Podemos servirlas como aperitivo, como entrante o como plato principal, acompañadas de una ensalada o de una salsa. Seguro que triunfamos con este plato tan tradicional y tan rico, que gusta a grandes y pequeños.
¿Qué te parece? Te animas a probar el truco de Arguiñano para hacer unas croquetas perfectas?. Y si quieres más consejos y recetas de cocina, no te pierdas el programa de Karlos Arguiñano en Antena 3, de lunes a viernes a las 13:15 horas.¡Buen provecho!