Amantes de los quesos. Amantes, como yo, de esos aromas, sabores y texturas que tanto pueden variar y tantas alegrías nos dan en la mesa o en la cocina. Queridos, aprender a guardar un queso es imprescindible para que se mantenga en perfecto estado a pesar del paso del tiempo y, para eso, os compartimos los consejos de un maestro quesero.
A la nevera
Lo primero que tenemos que saber es que no hay una regla básica o indiscutible, si no que en función de cada queso va a tener unas necesidades específicas. Eso sí, salvo que tengas zonas fresquitas en tu casa, lo mejor va a ser guardarlo en la nevera que a la intemperie.
- Los quesos de tapa dura se recomienda que estén entre los 8 y los 12 grados.
- Los quesos de tapa blanda han de estar entre los 4 y los 8 grados.
¿Dónde se consiguen estas temperaturas? Cada nevera puede variar pero, generalmente, los cajones de la verdura suelen ser la ubicación idónea.
Eso sí, recordad que durante el verano los quesos se pueden secar más rápido en la nevera.
Cómo envolver los quesos
Seguro que en alguna ocasión os habéis encontrado con que algún queso ha aparecido con moho. A mí sí me ha pasado y es toda una lástima.
Puedes guardar tu queso en el propio envoltorio en el que lo has comprado, o cubrirlo con film, pero has de cuidar que no esté demasiado apretado para que no te pase como a mí, que aparece el moho porque se ha recalentado.
Otra opción sería guardarlos en recipientes herméticos pero esto solo es una opción para los quesos no blandos, pues pueden fermentar.
El afinador Jose Luis Martín nos da un truco, envolver los quesos de pasta blanda en un trapo ligeramente humedecido durante la época de verano, así se evita ese exceso de secado.
Desde La Antigua de Fuentesaúco recomiendan que, para los quesos que llevan moho en la superficie, lo mejor es envolverlos en un trapo de algodón humedecido ligeramente.
¿Envasado al vacío?
Jose Luis Martín señala que, a pesar de que lo solemos tener asociado con una mejor conservación de los alimentos, en el caso de los quesos no es una buena opción para todos. A los quesos de pasta blanda y a los quesos jóvenes no les hace bien, pero a los de pasta dura muy curados sí y han de estar refrigerados.
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¿Se puede congelar el queso?
Hay muchas opiniones al respecto. En general, sí pero teniendo en cuenta que siempre va a perder algo de aroma y de sabor.
Los quesos blandos y cremosos responden mejor a este proceso. Los quesos duros es mejor congelarlos ya cortados porque se van a desmenuzar al cortarlos después de la fase de descongelado.
Recomendaciones para disfrutar un caso de la nevera
Imprescindible, hay que dejarlo atemperar.
Si se trata de quesos blandos, la temperatura ideal para consumir el queso ha de ser de entre 18 y 20 grados. Si se trata de un queso de pasta dura o semidura, la temperatura asciende a 22 y 24 grados.
Con esto en mente es fundamental que saques el queso con bastante antelación para que pueda volver a impresionarnos con sus aromas, matices y sabores. Y, en el caso de que se trate de una torta, hay que dejarla todo un día a temperatura ambiente.
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