Hay infinidad de recetas de pan de muerto en México, algunas más comerciales y otras más tradicionales. Con esta receta clásica vas a conseguir un bollo impresionante.
Pan de muerto: receta mexicana
Como vas a ver, los ingredientes para el pan de muerto no son difíciles de encontrar y los puedes tener fácilmente en casa.
El único que puede que no tengas, salvo que hagas roscones, es el agua de azahar. Si tienes que comprarlo te recomiendo que inviertas en uno buena, porque la diferencia es notoria. Yo uso de Luca de Tena, que la puedes encontrar en Amazon (pinchando encima), en algunas panaderías y en alguna tienda gourmet. No es un tema patrocinado, es una recomendación genuina.
Por otra parte, recuerda que es importante que la fermentación sea en un lugar donde no haya corrientes y sea cálido.
Ingredientes
Para la masa:
- 500 gr de harina de fuerza
- 3 huevos
- 30 gr de leche
- 120 gr de azúcar
- 10 gr de agua de azahar (también puedes optar por anís o ron)
- 5 gr de seca (15 gr levadura fresca)
- 5 gr de sal
- 1 naranja (su ralladura)
- 130 gr de mantequilla atemperada
Para la decoración:
- Una cucharada de mantequilla
- Azúcar
Cómo hacer pan de muerto
Pon todos los ingredientes, menos la mantequilla, en el bol de la amasadora o en un recipiente amplio donde puedas amasar con comodidad.
Si utilizas la amasadora, durante un par de minutos déjalo a velocidad media, o amasa hasta que tengas una masa más compacta.
En ese momento, divide la mantequilla en tres tandas. Se echa una tanda de mantequilla cada vez. No eches la segunda o tercera parte de la mantequilla hasta que la anterior haya sido completamente incorporada.
Amasa a máxima velocidad durante 3 a 4 minutos, hasta que veas que tienes una masa lisa y brillante.
Vuelca la masa sobre la mesa que utilices para trabajar y bolea. La colocas de nuevo en un recipiente (si es de plástico es más cómodo) y la tapas. Deja fermentar unos 9o minutos, tiempo en el que verás que ha de haber duplicado su tamaño.
Pasado este tiempo, vuelves a echar la masa sobre la encimera. Con la yema de los dedos vas extendiéndola y quitándole el aire, cosa que pasará al presionarla suavemente.
Divide la masa en 4 piezas de 200 gramos y, verás que te queda un sobrante. Resérvalo.
Coge una de las piezas de la masa y lleva todos los laterales de la misma al centro, presionando ahí suavemente. Cuando los tengas todos, es el momento de darle la vuelta y haces un movimiento circular con la masa, verás que te queda una bola lisa y redonda.
La colocas sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Haz lo mismo con las otras piezas.
El sobrante lo vamos a mezclar con más harina, no hay que hacer nada especial. Después lo divides en pequeños trocitos de 15 gramos y 5 gramos. Los de 5 gramos los vas a usar como bolitas y, con los otros, vas a hacer unos churritos, que serán los huesos, y para ello has de amasarlos y darles forma con tres dedos. El movimiento es hacia delante y hacia atrás.
Coloca los huesitos en forma de cruz encima de la masa. Presionas suavemente en el centro de la cruz y colocas ahí la bolita. Lo tapas, y lo dejas fermentar 90 minutos.
Cuando veas que te queda poco, calientas el horno a 160 grados.
Bate un huevo, pincelas el bollito con huevo batido por todos lados y lo metes al horno durante 30 a 35 minutos. Verás que cogen un bonito dorado.
Cuando los tengas listos, los retiras, los pintas con mantequilla fundida y después lo pasas por azúcar.
¡Ya están listos!
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