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Polvorones de almendra y aceite de oliva

Estos deliciosos polvorones de almendra y aceite de oliva son aptos para veganos, vegetarianos e intolerantes a la lactosa.

Para estos postres será bueno elegir un buen vino como los de este post:

Receta de polvorones de almendra y aceite de oliva

La receta original proviene del libro «La dulcería española: recetarios histórico y popular«, de Manuel Martínez Llopis (historiador culinario, entre muchas otras cosas). La versión al aceite de oliva está tuneada por Miriam García de El invitado de invierno, que hace una absoluta maravilla de trabajo.

Polvorones de almendra y aceite de oliva – Ingredientes

Depende del tamaño de tu cortador te saldrán más o menos polvorones.

  • 500 gr de harina de repostería
  • 180 gr de azúcar glas
  • 120 gr de almendra cruda
  • ½ cdta. de canela molida
  • 170 – 180 gr de aceite de oliva virgen extra*
  • 1 pizca de sal

*para los más avezados en masas es posible que trabajéis con harinas que absorben mucho, por lo que es posible que este porcentaje de aceite de oliva necesitéis superarlo.

Cómo hacer polvorones de almendra y aceite de oliva

Pon el horno a 160º calor arriba y abajo.

Extiendes las almendras crudas y peladas sobre una fuente de horno previamente forrada con papel vegetal. Las metes al horno entre 8 y 10 minutos, verás que se tuestan ligeramente. Una vez las tengas, hay que dejarlas enfriar y después se trituran hasta que sean polvito.

Mientras se enfrían y trituras las almendras, en la misma hoja de papel vegetal echas la harina bien extendida. Hay que tostarla en el horno durante unos 15 minutos, aproximadamente. Es importante estar pendiente e ir removiéndola con una espátula. Verás que cambia ligeramente el color y que el aroma también es distinto. Una vez la tengas, también tendrás que dejarla enfriar.

Cuando todos estos ingredientes los tengas fríos, los añades en un recipiente junto con el azúcar glas, la canela molida y unos 160 gr. de aceite de oliva. Ve mezclando, tienes que ver que la masa va cohesionándose un poco, como formando grumos, si no tienes que continuar echando ¡poco a poco! aceite de oliva. El resultado ha de ser una masa blandita, que no se pegue mucho a los dedos y que ha de cohesionarse un poco (no es como una masa de pan).

Vuelcas esta masa sobre un recipiente, lo cubres con papel film y lo dejas reposar 30 minutos.

Enharina la superficie de trabajo, vuelcas la masa y extiendes hasta que tenga un grosor entre 1 y 1,5 cm. Corta la masa con un cortador y mueve siempre las piezas con cuidado, pues se puede partir. Ve colocando cada una sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal, pudiendo estar más pegadas que unas galletas puesto que no suben.

Con los recortes, vuelves a juntar y a repetir la experiencia. Así hasta que acabes con toda la masa.

Sube el horno a 210º y horneas los polvorones durante 12 minutos. Recuerda siempre que cada horno varía y puedes necesitar menos o más tiempo. El truco está en fijarse en que los bordes se tuestan, momento en el que hay que sacar rápido para que no se tueste en exceso y pueda llegar a amargar.

Pon los polvorones, moviéndolos con el papel vegetal, sobre una rejilla para que enfríen por completo. En este momento, son súper frágiles.

Una vez estén fríos… ¡Que empiece la fiesta!

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